Viaje cultural a España por parte de los participantes a Climántica 2016

El lunes 29 de septiembre Jimena Pérez López, Paulina Córdova Cantú, Mateo Bernal Ortega, Leo Speckman Flores, Mauricio Silva Tapia, Santiago Aguayo Luna y Gerardo García Moguel y yo, la profesora Melissa Ramírez Tapia dimos inicio a un viaje que nos llevaría a España, cuyo objetivo principal fue asistir al Campus juvenil Climántica 2016 entre el 2 y 6 de septiembre en Valsaín, un pequeño pueblo cercano a la ciudad de Segovia (ver nota al respecto).

Pero en días previos y posteriores al campus, tuvimos la fortuna de realizar un viaje cultural por la ciudad de Madrid y sus alrededores. Las jornadas fueron largas y comenzaron apenas dejamos las maletas en el Hotel Florida Norte, cuya magnífica ubicación, frente a la plaza comercial y estación de metro Príncipe Pío facilitó muchas cosas durante nuestros días en Madrid.

Antes de hablar de Madrid prefiero empezar por dos lugares muy importantes que visitamos fuera de la ciudad y que ayudaron a comprender mucho de lo que es Madrid y la misma España. El primer lugar fue Toledo, antigua capital y sede de la Corte de Castilla. Desde que uno llega a esa ciudad se percibe que la historia detrás de sus muros es amplia y muy antigua. Los puentes que cruzan el río Tajo y sus murallas parecen sacados de una pintura antigua. La guía turística que nos acompañó, nos mostró porque es conocida también como la ciudad de las tres culturas, ya que caminando entre una y otra se encuentran una antigua Sinagoga, una Mezquita y la Catedral. Todas nos impresionaron a su manera, pues la historia y arquitectura de cada una de ellas las hace muy especiales. Y fue precisamente en una pequeña iglesia de esta ciudad donde vimos por primera vez una obra de uno de los pintores que se nos aparecería durante prácticamente todo nuestro viaje por España: El Greco. La pintura que pudimos conocer es El entierro del conde de Orgaz y algo que a los alumnos llamó mucho la atención fue el retrato del propio hijo del pintor, cuya presencia parece un poco extraña en un cuadro con tanto dramatismo. En su conjunto, Toledo nos cautivó por su estilo medieval y pese a todo lo que vimos, hubiéramos querido pasar más tiempo para seguir conociendo de esta histórica ciudad.

El otro sitio a las afueras de Madrid que pudimos visitar fue El Monasterio de El Escorial, impresionante lugar que fue mandado a construir por el monarca Felipe II y que para aquella época, fue hecho en un tiempo récord de tan solo dos décadas (1563 y 1584). El lugar está conformado por un monasterio, un colegio, una biblioteca, un palacio y una basílica, estas últimas comunicadas por tan sólo una puerta, que le permitían al monarca estar presente en la misa desde su cama ya en los últimos años de su vida. Debajo de la basílica hay un panteón, donde varios miembros de la realeza han sido enterrados por varias generaciones, incluyendo la mayor parte de los reyes de España a partir de Carlos V. En el interior del palacio se encuentra una gran cantidad de arte de diversos autores que hacen de su riqueza un espacio invaluable. Además del panteón, la biblioteca fue el otro espacio que más nos gustó, considerando la cantidad de libros que posee y los frescos que se encuentran en la bóveda, representando las 7 artes libres. La visita en El Escorial terminó con unos deliciosos pastelitos que compramos en una pequeña cafetería del pueblo.

Ya hablando de Madrid, tuvimos varios días para poder conocer algunos de los espacios más importantes de la ciudad. Uno de nuestros lugares favoritos y que visitamos en tres ocasiones diferentes fue el Parque del Retiro, que es el parque más importante de la ciudad. Dado que nuestra visita coincidió con el final del verano y considerando que en esos días los alumnos en España seguían de vacaciones, dicho parque estuvo siempre lleno de gente de todas las edades, no importando si eran las 8 de la mañana o de la noche. La primera visita que hicimos fue de reconocimiento, pero dado que veníamos muy cansados del vuelo de México, regresamos en dos ocasiones más para disfrutar con más calma del parque. En la segunda visita conocimos el Castillo de Cristal donde nos topamos con la exposición de un mexicano, Damián Ortega, y lo que más nos llamó la atención fue un péndulo en forma de la Torre Latinoamericana invertida. Nuestra última visita al parque del Retiro fue para rentar un par de lanchas y pasear por un rato en el lago.

El parque del Retiro no fue el único lugar donde disfrutamos de estar al aire libre, pues pudimos recorrer y pasear por el Parque Madrid Río que se encuentra a orillas del río Manzanares. Nos contaron que este parque tiene pocos años y fue una gran obra de recuperación del río pues anteriormente una gran avenida, la M-30, se ubicaba a orillas del río, ocasionando tráfico, ruido e incluso contaminación, combinación que le daba mal aspecto al Manzanares. Gracias al proyecto que reubicó a la avenida en el subterráneo de dicho parque, toda la parte exterior fue adecuada para ofrecer espacios de recreación, sobre los cuales las personas tienen un extraordinario lugar para hacer ejercicio o simplemente pasear. Nuestros lugares favoritos del Parque Madrid Río fueron el Puente monumental de Arganzuela y la Playa Urbana, que no es más que algunas fuentes a nivel de piso que en verano cualquier persona acalorada (adultos o niños) usan para remojarse y refrescarse; por supuesto que no nos fuimos de Madrid sin vivir esta experiencia.

La zona del centro fue otra a la que acudimos en más de una ocasión. La Plaza Mayor, el Kilómetro Cero, el Oso y el Madroño, la Puerta del Sol y todo el movimiento a su alrededor fue algo que disfrutamos tanto de día y de noche. Visitamos tiendas de recuerdos para turistas, tiendas de ropa, panaderías, restaurantes y cafeterías; así mismo, en esta zona hay una gran variedad de artistas callejeros y justamente una noche por el centro nos topamos con unos mariachis, por lo que no pudimos evitar pararnos a escuchar y cantar algunas canciones con ellos.

De los museos de Madrid que pudimos visitar, uno de ellos fue El Prado, cuyas obras de arte relacionadas con la realeza y con arte sacro tomaron mayor sentido después de todo lo que escuchamos en Toledo y en El Escorial. Por su parte en el museo Reina Sofía pudimos ver obras estrechamente relacionadas con la historia del Colegio Madrid, pues hay toda una sala dedicada a las obras de la época de la Guerra Civil Española. La gran cantidad de obras que tienen estos recintos, los hace definitivamente dos de los museos más importantes del mundo entero.

La fuente de Neptuno, la de Apolo y las Cibeles (en obras), la gran Vía, la embajada de México, el museo de Antropología, el Palacio Real, la Plaza España, la Puerta de Alcalá y la de Toledo, el Paseo del Prado, los estadios del Real Madrid y del Atlético, el barrio de Lavapíes y otros tantos sitios formaron parte de nuestros recorridos por Madrid, donde andar a pie entre un sitio y otro era una constante.

Y de la comida, también hay mucho para recordar, pues probamos tapas con diversas variedades de quesos y jamones, platillos con pulpo, calamar, boquerones y papas, el famoso cochinillo y la paella, así como postres como los mazapanes, helados, pastelitos y dulces de violeta fueron algunas de las cosas que tuvimos la fortuna de comer en el viejo continente.

Aunque algunos de nosotros ya habíamos salido del país, e incluso algunos conocíamos España, siempre es inevitable hacer comparaciones con lo que uno se topa fuera México. Durante todo el viaje pudimos ver muchas cosas que contrastan o son similares con lo que hay en nuestro país. En ese aspecto los viajes de este tipo son siempre enriquecedores porque nos permiten tener una visión más amplia de cómo es el mundo y de las cosas que suceden fuera de nuestro contexto. Los que fuimos y regresamos nos traemos experiencias muy valiosas, pero también en nuestra convivencia con las personas que conocimos allá, pudimos dejarles algo de nuestro país, al platicarles de forma personal como vivimos y como percibimos la situación de México. Todos los que fuimos parte de este viaje definitivamente nos quedamos con ganas de seguir aprendiendo y conociendo más de este hermoso y gran planeta en el que vivimos.

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