Abrir y cerrar la puerta.

Casi amanece otra vez y jugamos

sobre el pavimento dos niños juegan

 y el futuro es inmenso como la bolita del mundo

 el futuro sigue siendo inmenso

 como en los cuentos como aquí

 como todo el oro del mundo.

Rosario Murillo

El proyecto cerró, esta última campaña en el Rosario, con la inauguración de la Biblioteca Comunitaria y con el anuncio de que habría dos continuadoras, mujeres de la comunidad, quienes seguirán dando clases de lectoescritura a quienes deseen continuar con su proceso de aprendizaje. Todos los que participamos en estas tres campañas aprendimos muchísimo y volvimos a la ciudad siendo nuevas personas y esperamos que esa transformación también haya dejado huella en la comunidad.  Para despedirnos de El Rosario, buscamos una forma de cerrar la puerta y abrirla de nuevo: cerrar nuestro ciclo, pero dejar en la comunidad una puerta abierta hacia el entramado de posibilidades y saberes que en tres años construimos juntos.

Nuestra primera idea fue una biblioteca humana, un espacio en el que, en lugar de libros, se consulta a las personas sobre sus saberes y sus experiencias, y fue así como comenzamos a despedirnos: en el Cecyte, el lugar que fue nuestro hogar, pero también un espacio de diálogo con el Rosario, organizamos rondas de conversación en las que todos hablamos de lo que habíamos enseñado, lo que habíamos aprendido y de aquello que se había transformado en nosotros a lo largo de este proceso. Aquel sábado por la tarde, las voces se encontraron y las palabras se entrelazaron, sin embargo, no queríamos que aquella biblioteca humana fuera un momento fugaz que se perdiera en el tiempo, de manera que el cierre terminó con un ejercicio que le diera mayor permanencia: cada uno de los habitantes del Rosario pegaría en el mapa de la comunidad algo que hubiera aprendido y que permanecería ahí, en el Rosario, para ser consultado y reconstruido con otros en cualquier momento, aun después de nuestra partida. Al final de la tarde, la biblioteca humana del Rosario quedó trazada sobre su propio mapa.

Queremos agradecer a quienes nos han acompañado y apoyado durante estos tres años, haciendo que el proyecto de Alfabetización sea no sólo de quienes trabajamos en él, sino de toda la comunidad del Colegio Madrid.

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